Promocionar la salud mental permite a las personas convertirse en agentes de cambio desde el rol que ocupan en la vida de la persona con una enfermedad mental, y proporciona las herramientas básicas para tomar acción ante lo que sus familiares, amigos o colegas podrían estar padeciendo.
Por Ana María Sotomayor. 02 enero, 2023. Publicado en El Tiempo, el 20 de setiembre de 2022
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad mental responde a un grupo de patologías que disminuyen el funcionamiento general de la persona, y evidencian una alternación significativa en su pensamiento, en la regulación de las emociones y en su conducta. Si bien identificar y categorizar el diagnóstico puede aclarar muchas dudas, es necesario trabajar siempre en un plano más amplio, trascendiendo el diagnóstico, ya que etiquetar a la persona puede resultar contraproducente para el abordaje de la sintomatología y su manejo en el día a día.
En gran parte, las enfermedades mentales pueden prevenirse y/o reducir el impacto, si se detectan tempranamente, ya que se podrá actuar de manera oportuna en sus manifestaciones. El adecuado diagnóstico y la intervención temprana de síntomas y de factores de riesgo pueden jugar un papel relevante en la prevención de las enfermedades mentales.
La promoción y la prevención en salud mental permitirán el robustecimiento del gran abanico de factores protectores y recursos personales que las personas poseen para sobrellevar y actuar de oportunamente según el diagnóstico.
La prevención no solo es un problema de salud pública; también merece el interés de toda la sociedad ya que, desde el rol de la familia, amigos o colegas se pueden impactar en la prevención, la identificación y la intervención oportuna. Los programas de promoción y prevención de salud mental deben considerar el conocimiento de síntomas y de factores de riesgo, así como la elaboración de planes de intervención para construir los factores protectores que cuiden la salud mental de las personas.
Promocionar la salud mental permite a las personas convertirse en agentes de cambio desde el rol que ocupan en la vida de la persona con una enfermedad mental, y proporciona las herramientas básicas para tomar acción ante lo que sus familiares, amigos o colegas podrían estar padeciendo.
Es crucial comprender que, una forma sencilla y a la vez básica para prevenir problemas de salud emocional, es cuidar los pilares universales que se articulan en la vida de la persona: una alimentación balanceada, correctos hábitos de sueño y descanso, mantener una vida activa con deportes o actividades lúdicas, contar con una o varias formas de desfogue emocional como un diario, el dibujo, la artesanía o, en caso sea necesario el apoyo especializado, un proceso psicoterapéutico que ayude a desarrollar herramientas para el manejo de situaciones hostiles o dolorosas.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.
